Parafraseando a Guillermo Oliveto, presidente de CCR, “…los argentinos tenemos una necesidad innata de formar parte de todo, de repente durante los 80 todos tenían un video club, comenzaron los 90 y aquel que no era dueño de una cancha de paddle estaba fuera del negocio del momento, después aparecieron los Maxikioscos, actualmente estamos entrando en la época de ser el apoderado de un Cyber”. Hoy en día en el ámbito de la publicidad, las escuelas de creativos crecieron como hongos, sin estructura alguna o regulación, los jóvenes entran a las “fábricas” con el sueño de ser directamente contratados por todo el mundo, no solo a escala nacional sino también internacional. Pero no se dan cuenta, que esos lugares lo único que hacen es salir preparados a medias para comprender un brief o concepto. Si uno les llega a preguntar qué es una estrategia, no tienen respuesta, pero tampoco les importa.
Por qué actualmente la publicidad argentina está tan devaluada?
Por un lado, desde mi punto de vista, es que la profesión se está tomando como un arte…por qué arte?...porque aquellos creativos de “renombre” no pueden con su ego y emplean el dinero de los clientes para realizar ellos sus “cortos”. El arte precisamente es la expresión sin límite alguno personal y subjetiva de un individuo o grupo, además que la mayoría del público goza ver, pero si después le llegamos a preguntar si recuerdan la marca que puso la plata para la realización de dicho comercial, la mayoría no se acuerda.
Cómo puede ser que en Inglaterra exista desde los 60 la APG (Account Planning Group) y acá en Argentina, hace poco se fundó la sede de esa institución y tienen sólo 20 miembros que son, la mayoría.
Zygmunt Bauman en “La globalización: Consecuencias humanas” habla de dos conceptos importantes: tiempo y espacio, que dominaron la mente de la humanidad por siglos. Durante el modernismo, muchos arquitectos diseñaron ciudades enteras a pedido de los reyes a ser construidas bien lejos de lo que se había escrito hasta entonces de la historia humana. En esta era se veía a la historia como un elemento contaminado y distorsionado, en consecuencia se esbozaron croquis de urbes racionales y matemáticamente perfectas, que serián pobladas una vez finalizadas. Los dueños de estas ciudades utópicas tenían el poder porque decidirían qué tipo de trabajo y dónde moraría cada habitante.
Esto refleja lo que sucede en la Argentina: el espacio esta poblado por las escuelitas creativas, pero el tiempo, el verdadero satélite de poder, terminará imponiéndose. Actualmente allí se encuentra contenida como va evolucionando la estrategia dentro de las agencias, ganando cada vez mayor protagonismo. Un ejemplo tangible sería comparar los sueldos de ambos departamentos.